Habías estado por varias ciudades de Alemania.
La gente por esas zonas parecía feliz,
incluso a pesar de las cuestiones más difíciles
de enfrentar en la vida, pensabas,
ellos estaban complacidos. Pero no,
te decías después, es solo una
generalización absurda la mía.
Pero después volvías a decirte:
En general, la gente con la que he tratado
mostró una seguridad vinculada a estar
en una tierra civilizada. Un lugar
que ha pasado por el infierno
y ahora, renacida de las cenizas,
disfruta de un crecimiento
relajado y maduro.
Pero no, volvías a decirte, es solo una impresión,
fruto a haber pasado mucho tiempo
en los parques botánicos de lindas ciudades
que algunas vez ardieron. Y así seguías...
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