Nuestro departamento en un primer piso
está en una calle peatonal sobre una bahía
formada por edificios de buen diseño
que miran a los modernos molinos de viento
diseminados sobre el horizonte del mar.
Y como si eso fuera poco, hoy a la mañana
nos visitó un cuervo. Se posó en la mesa
del balcón, constató que no era comida
lo que había en ella (se trataba de unas zapatillas)
y se fue hacia otro edificio color rojizo
que ve más adelante a la derecha, ni bien le dije
a mi pareja que había un cuervo fabuloso en nuestro balcón.
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