En el blanco refulgente de la luna
creíste ver una bandada de patos.
Volaban sobre unas montañas dibujadas
y, gracias a los tenues grises,
había una atmósfera soñada.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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