Miré el árbol y con el tiempo
-un buen rato- el árbol adquirió
una existencia más intensa.
Se reveló de alguna forma
que jamás podría poner en palabras.
Pero igual quise decirlo porque pensaba
que así podría darle la relevancia que tuvo
en mí -aunque ahora que lo pienso mejor
es absurdo igualar ese momento-.
Lo cierto en todo caso
es que ese instante pasó
y me apena, y que la única forma
que existe para remediar esa pena,
es creer por un instante
que describir la experiencia
servirá de algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario