Vuelo a Roma. Azafatas que hablan castellano con el marcado acento italiano de las que saben de la vida por haber superado los cincuenta años. Hombres también bien predispuestos. Viaje dentro de todo amable porque mientras tenga espacio para estirar las piernas estoy bien. Llegada a Roma y larga fila en migraciones con un contingente de indios Sij. Parecen humildes y al mismo tiempo severos, y tal vez soberbios. Taxista amable que escucha una canción en español. Llegada a un departamento de un edificio antiguo bien situado. Cuarto piso que mira a un parque centenario. Palmeras y cedros llenos de pájaros que festejan el fin de una soleada tarde de invierno. Soy feliz. Después, un restaurante llamado "Familia", lleno de turistas, atendidas por indios muy amables, con mesas casi pegadas y buena cocina. Por fin, un supermercado bien surtido donde compramos lo necesario para el desayuno. A descansar y sobre todo a intentar reducir la distancia horaria en el cuerpo resentido.
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lunes, 30 de diciembre de 2024
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