Me preguntaba cuál sería el camino de mi vida mientras pasaban los años. Pero nunca obtenía una certeza liberadora. Aunque persistía esperanzado con la idea de recibir una respuesta que me dejara esclarecido y sereno. Hasta que una vez, al volver a una casa ubicada entre las montañas y el mar, después de visitar un teatro milenario e imaginar sus representaciones trágicas, apenas volví sobre la misma cuestión, no quise ahondar más, y entonces la noche, serena, como tantas veces, volvió a convertir de a poco en negro el mar que disfrutaba desde lo alto.
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jueves, 16 de enero de 2025
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