Día de calor bochornoso. Imposibilidad de andar más o menos bien. Con todo, sobre el fin de la tarde, ida a la pileta. Mucha gente para lo que suele ser la concurrencia. Muchos nadan para un "desafío" en un lago de montaña. Gente voluntariosa. Intento abstraerme de todo sin éxito. Insisto no obstante. Hasta que al fin, cuando salgo, fijo en unos pies, que se divisan entre un cerco de pinos enanos, aparece el instante mágico. Es un segundo. Tal vez dos. No más. Pero aparece. Una sensación que no podría describir nunca. Paz y comunión con algo llamado vida, existencia. Consciencia de estar en eso que llamamos existencia con total plenitud, tal vez sería. Pero no lo es. Es algo más y por eso se vuelve tan precioso.
Archivo del blog
martes, 11 de febrero de 2025
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El examen
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
Una vez levantado de la siesta, y luego de quedarme mirando el techo un buen rato, decidí que lo mejor sería terminar algunos dibujos que te...
-
Viajo junto a un hombre pequeño, de mirada afable, con un gesto de humanidad comprensivo con el prójimo. O al menos lo supongo cuando lo s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario