jueves, 13 de febrero de 2025

Silbando


Soñaste que tenías otra vida. 

Todo era igual en cuanto 

a que vivías en el mismo lugar, 

tenías los mismos hábitos, incluso 

el mismo trabajo y también los mismos 

afectos y el mismo amor por el paisaje. 

Pero en tu interior eras libre 

al punto que no estabas atado 

a los tormentos que alimentas tanto. 

Ese costado con líneas de desafíos continuos 

en torno a estar con vos mismo 

se había ido y caminabas silbando 

por tu barrio, despacio, contento, 

con una expresión en la cara 

un tanto cándida mientras 

los gorriones se te acercaban. 

Y después, al despertar, un sentimiento 

impreciso de terror te acompañaba. 

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