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martes, 4 de marzo de 2025

El encanto del mundo

 

Seis y media. Ni bien dejó de llover, 

fui a la gran pileta a nadar en soledad 

sobre las líneas negras del fondo 

mientras los pájaros despedían el día 

y las nubes permanecían quietas. 


En cierto momento incluso nadé

con la cabeza fuera atento al ruido

que hace el agua y es la delicia 

más grande junto con el canto 

de los pájaros y el ruido del viento 

en las ramas de los pinos lambertiana.

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