sábado, 29 de marzo de 2025

Los buitres

 

Era cierto, el pensador tenía razón. Los enemigos, muchas veces, terminan siendo los mejores maestros. No porque sean virtuosos, ni mucho menos, sino porque están ahí, de algún modo, puestos en nuestro camino para revelarnos lo que nos cuesta asumir. Lo que no queremos ver. Claro que la codicia es la primera puerta que se nos cierra frente a ellos, y entonces todo se nubla. Pero prefiero decirlo sin vueltas: los enemigos existen, y son de lo peor. Sin embargo, en su podredumbre, edifican. Edifican como nadie. Nos dan lo que jamás imaginaron que iban a darnos. Son como buitres en lo alto: cada tanto bajan y nos muestran dónde está el animal muerto.


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