lunes, 12 de mayo de 2025

El caballo pastando

 

A medida que avanzan los años, intento guardar con mayor fuerza el placer de la lentitud, de la contemplación y, sobre todo, del aburrimiento, entendido como el estar alejado de cualquier noción de progreso, de proyectos, de algún tipo de ambición. Eso, supongo, podría darme la posibilidad de estar en el suelo según el sentir propio del mundo, al que ubico en una dimensión inmensa, llena de estrellas, galaxias, luces que se han reunido en el espacio, que existen de hecho, para que un caballo, en un campo con solo dos eucaliptos y pastos altos, un día de sol de otoño como el que estoy viviendo, agache su cabeza hacia la tierra y coma sin apuro, pensando quién sabe en qué cosa.

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