lunes, 16 de junio de 2025

lberobello y Polignano

 

Día siguiente. Salida hacia Alberobello. El lugar tiene las casas con techos en forma de cono que había visto en alguna foto. Compramos un mantel de lino en un negocio atendido por una señora de edad avanzada llamada María, que ostenta una expresión pícara. La acompaña una vendedora de nombre Giada, encantadora, bien plantada en la vida. Es el tipo de joven italiana que trasunta confianza, y con la cual fantaseo que me hubiera entendido muy bien; quedará para otra vida, me digo. Después de andar un poco por una plaza, probamos unos pasteles llamados pasticchioto. Son delicados, me sorprenden.

Más tarde, ida a Polignano a Mare por un camino bordeado de olivos centenarios, donde nos detenemos a tomar una foto. De pronto, encuentro una piedra sobre una pirca. No es grande. La tomo con la intención de que sea una escultura, y sigo. Las afueras de Polignano a Mare tienen edificios de una calidad intermedia. Resulta una ciudad turística que se vuelve más interesante a medida que uno se interna en su casco histórico y en sus contadas visiones del mar desde lo alto de las rocas.

No hay comentarios:

Sueño

  Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...