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viernes, 3 de octubre de 2025

Los barcos

 

Los plumerillos oscilaban
en respuesta a un viento
que volvía a los árboles
algo que bajaba de las alturas.

Los barcos acompañaban
el final de la tarde,
sobre un celeste casi gris.

En el sueño, ella dejaba de ser
una amenaza:
sus modos eran tiernos.
Pero un perro aulló bajo las estrellas,
y despertaste.

Sentado en tu cama
la recordaste con un collar de perlas.
El viento movía su pelo.
Un mar con franjas marrones y celestes
se abría hasta el horizonte.

Recibieron el milenio
en la proa de un barco,
frente al mar.

Sin embargo, como otras veces,
te costó conciliar de nuevo el sueño.

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