Esa mañana pensaste
que tus días responden
a tus padres; y los de tus padres
siguen a los de tus abuelos.
El canal estaba
agitado por el viento.
Y viste
a la iglesia,
bajo el sol de mayo,
iluminarse frente al canal.
Se habían corrido
las nubes. El agua
se encendía.
Y miraste otra vez el canal
donde, ajenos y mudos,
nadaban unos peces.
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