Y muchas noches sufrías
por la falta de una paz
que habías avizorado
aquella vez en una iglesia
(ya no recordabas cuál).
Y sin embargo,
ese recuerdo,
perfecto y luminoso,
era tu gran objetivo.
Caía el sol. Hablaban de lo lindo que sería ver un faro a lo lejos. Una gaviota, al ras del agua, enfrentaba el viento. Contaron l...
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