Y muchas noches sufrías
por la falta de una paz
que habías avizorado
aquella vez en una iglesia
(ya no recordabas cuál).
Y sin embargo,
ese recuerdo,
perfecto y luminoso,
era tu gran objetivo.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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