miércoles, 27 de abril de 2022

Y con los años te volvías un santo

 


En el sueño, caminabas hasta que lo deseado dejaba de pesar. Y así llegabas a parecer un mendigo. Pero no pedías nada porque tu intención era dar, no exigir.

Y con los años te volvías un santo y eras pintado en una iglesia de las afueras de Roma junto a montones de ángeles, colinas y ríos.

Pero pronto, muy pronto querías salir de ahí.

 

No hay comentarios:

Los mismos caballos

  Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...