Eran tres japonesas las que oficiaban de terapeutas tuyas en un sala que tenía orquídeas sobre bases altas de mármol negro . Una era joven y despótica, la otra era una mujer de unos cuarenta años que convalidaba los caprichos de la joven y había una tercera que debía tener unos sesenta años, la más sabia y dueña del consultorio, pero que por motivos misteriosos estaba ligada a las otras dos que deseaban echarte sin una razón aparente y no terminaba de tomar una resolución firme para que pudieras continuar exponiendo tus conflictos...
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