En tu recuerdo, los caballos se desbocan por calles que tienen límites difusos gracias a una niebla que envuelve los días de invierno. Un bote reposa en un río con agua casi dorada. Se va la tarde en tu cabeza, pero tu obsesión, atento al cielo, como entonces pasa por saber cómo arman los patos sus líneas en el aire.
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