De repente cierro una etapa. De repente, creo.
Pero no debe ser tan así. Esto se viene gestando
como esas olas que se forman sin que se sepa bien
cómo en el medio del Atlántico
(digo Atlántico porque ese nombre me encanta).
Quiero decir: sé que me interesan
los huesos, sus formas, su sensualidad
y su aparente quietud, que sean materia
y tengan un espíritu que genera una atracción
después de haber sido parte de un cuerpo
para fijar las constelaciones en
los límites de lo tenebroso y lo bello.
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