Por suerte, te contaba entonces, también había avanzado en mi proyecto de pintar a los hombres que veía revolver la basura mientras anochecía en nuestro barrio. Recuerdo que a esos mendigos los quería retratar como dioses griegos capaces de salvarnos de una catástrofe inminente. Pensaba que cuando en las calles cayese una lluvia fina y helada, al verme cruzar distraído la calle, esos mendigos serían capaces de advertirme con un grito que tenga cuidado al cruzar y un auto no me pisaría…
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