El día de tu partida tus primos, al galope por el empedrado, se perdieron por la bajada. Desde el muelle, los miramos. Y cuando estuvieron lejos, te abracé fuerte. ¿Sueña el pez en el mar oscurecido?, alcancé a preguntarte. El mar de noche siempre será el inicio perfecto para un cuento, respondiste y me miraste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario