Era el final de una tarde nublada y apacible. Miré la orilla: unos peces rozaban las ramas que caían hasta el agua. Pertenecían a un sauce. Esa vez hablamos de cuando el pasto se oscurece, los pájaros todavía no duermen y las luces, declinando, empiezan a arroparnos. ¿Vos percibís lo mismo?, pregunté, ¿existe un punto donde nuestros cuerpos sienten como los pájaros?
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