Los peces saltaban
cuando el frío perdía fuerza.
El agua se iluminaba mientras
unas golondrinas repetían
sus vuelos circulares.
No sabías que te podías
acostar así, boca arriba,
sobre el muelle,
a verlas por un rato
y sentirte, delicado y dócil
sobre plantas acuáticas,
cerca de las ranas
donde no parece
pero el agua felizmente corre.
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