En mi recuerdo, esa noche, se acercaba el fin de año. Había cierta exaltación en las calles. Las personas parecían apuradas. En cambio, nosotros, de la mano, entre los árboles emblemáticos del parque, nos detuvimos frente a un estanque para ver cómo el viento rozaba el agua. En el medio flotaba un hoja seca, el sol la hacía brillar y el viento la giraba.
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