Siete en punto: amanecía.
Del otro lado del canal,
una mujer corrió hacia una escuela.
Una maestra tal vez.
Otro un día nublado con un sopor
persistente.Las formas en tu mente
seguían tensas. Unos cuervos
te miraban desde un alambrado.
en el campo de tu abuelo.
Y pensaste: Esa es una secuencia
que no termina con buen ritmo.
Intentaste entonces volver a la iglesia,
al querido canal y a las nubes.
La idea era valorarlas tal como estaban,
espesas, unas junto a otras.
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