¿Qué tanto se puede ganar?,
te preguntó aquella vez
el dueño de un taller de autos
cuando le contaste tu experiencia
con el alquiler de un campo.
Esa vez habías tenido una buena cosecha,
no vendiste el grano a la espera
de una solución de parte de la política
y una vez que eso,
después de varios meses finalmente ocurrió,
aguardaste todavía un poco más
para que el precio técnico
se equipare con el del mercado.
Pero en el medio estalló una crisis
financiera de alcance internacional
y terminaste perdiendo tu ganancia.
Bien, eso debiera ser el hecho
fundaste de tu filosofía .
Cierta consciencia de que los deseos
deben moderarse para que la felicidad
se vierta sobre el cuerpo.
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