Con este conocido, ahora que recuerdo, también hablamos de la posibilidad de ir a vivir a una ciudad frente al mar, de retirarse ahí, me dijo, y de vivir con total tranquilidad, sin preocupaciones parecía decir, sin prisas. Después, me hablo de un lugar donde pescaron un tiburón, sobre la costa, al cual se llega después de traspasar un médano inmenso, dijo, y donde hay canales de mucha profundidad cerca de la costa. Y me gustó más que nada imaginarme un lugar así, no tanto ir me atrevo a decir, sino mantener ese espacio en mi imaginación, libre, soberano.
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