Amaneció con niebla y garúa y ahora, ya pasada la medianoche, volvió la lluvia. Antes estuvo por momentos soleado, caluroso, con algo de nubes por la tarde. Fue un día de trabajo en casa, y después viaje hasta el taller de escultura, donde hice mis primeras pruebas en yeso, un trabajo feliz aunque no tanto, porque en verdad tenía más ganas de pintar, pero me obligué a ir hasta el taller porque hacía varias semanas que no iba. El gato de mi profesor falleció de repente, un gato grande, con personalidad, aunque sospecho que tenía un deseo que en esa casa no podía cumplir, un deseo de libertad, imagino, porque era de la calle y en ese espacio estaba absorbido por las miradas de sus dueños, y sobre todo por el deseo de sus dueños de tenerlo cerca, creo. Pero por supuesto son intuiciones, conjeturas, aunque fuertes; vivo convencido de que podrían ser ciertas, o al menos aproximadas, aunque al final sé que todo es de una complejidad infinita y que las miradas que dirigimos al cielo estrellado son fugaces.
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