lunes, 5 de mayo de 2025

Mi abuelo

 

Días de sol y calor a principios de mayo. Todo un acontecimiento en la playa que me permitió, a mis cincuenta y dos años, bañarme en esta época avanzada de otoño en el mar. Y cuando digo cincuenta y dos años me cuesta creer tener todos esos años. Suponía que para mi edad todo sería distinto. Para empezar, pensaba que me sentiría más grande, y más sabio y tal vez más realizado. Pero nada de eso ocurrió. Los mismos traumas y sueños persisten, y no obstante, en una medida menor, todo lo que había imaginado de alguna forma se ha concretado en una medida menor a la imaginada. En definitiva: soy más grande, más sabio y estoy más realizado que hace unos cuantos años.

Leo sobre la vida de Alejandro Dumas. Apasionante. Entiendo al fin un poco mejor la tradición de las letras francesas, la fuerza de un entorno que te ayuda a llegar hasta la cultura y sobre todo valoro esa aproximación que de alguna forma me dio en su momento mi abuelo con su ejemplo. Leí mucho e incluso intentaba escribir. O más bien: lo hacía. Buscaba un camino que tal vez no haya encontrado del todo y que yo, al notar ese logro buscado y no obtenido, me juré hacerlo en respuesta a un linaje que no sé bien qué importancia tiene. 

 

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