Saliste a caminar
y, en el frío oscuro,
te diste cuenta
de que tus angustias
estaban extendidas
por todas las casas,
igual que el cableado
de la luz.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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