miércoles, 2 de junio de 2021

En una iglesia en Roma

  

 

 

Para irte de tus manías,

caminabas hasta un claro 

para meditar 

hasta que lo deseado 

dejase de pesar.

 

Y con el tiempo,

llegabas a parecer 

un mendigo.

 

Pero no pedías nada

porque tu intención 

no era exigir 

sino dar.

 

Y gracias a tanta bondad, 

te volvías un santo 

y eras pintado 

en una iglesia de Roma 

junto a montones de ángeles

 

Pero vos, muy pronto, 

querías salir de ahí.

 

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