Recuerdos constantes y a la vez significativos; intermitentes, lábiles por momentos y por otros de una fugacidad arrebatadora, ágil, pero indeleble por venir desde raíces profundas, inmersas en una tierra negra que después llega hasta las piedras y tiene conductos desde donde brotan otras imágenes: dibujos animados de Disney.
Una tarde de verano de mucho calor, con las persianas casi del todo bajas, con un ventilador de gran tamaño junto a un sillón en la sala de estar, veo un perro que corre detrás de un gato que a su vez persigue un ratón con música de jazz de fondo; después aparecen saltos de una roca a otra frente a piletas naturales, donde iban y venían unos peces con franjas negras y amarillas que intentaba atrapar con una red; chicas que me ignoran, o tal vez me miran desde detrás de esas rocas; momentos vividos y a veces soñados.
Muchos quisiera que pertenecieran a otras personas u otras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario