lunes, 18 de marzo de 2024

De un blanco soñado

 

 

Querías separar 

la tensión del recuerdo 

para que no pertenezca 

a un lugar específico.

 

Pero separar los continentes 

no es fácil.

 

O al menos quisieras,

desde la copa del árbol, 

ver la reluciente piedra 

de un blanco soñado.

 

 

domingo, 17 de marzo de 2024

Una cuadra

 

 

Ahora estoy en una cuadra 

donde bien pude haber estado 

en mi adolescencia a esta hora 

de la madrugada. 

 

Gracias al extraño decaimiento 

que tiene por la noche la ciudad,

pienso que está idéntica la calle.

 

Pero bien visto no es verdad. 

Muchas casas desaparecieron 

para que se levanten edificios 

sin encanto. Ni bien sube nuestra hija 

al auto, le muestro una canción 

que escuchaba a su edad 

y me mira con ternura. 

 

Hoy conversé con un hombre 

acerca del inicio de la primavera.

 

Quería darle algún significado al día, 

que es lo mismo que intento cuando

me acerco a cualquier orilla a ver 

un delfín saltando por un mar 

calmo como un plato. 

 

Un delfín que cuando golpea el agua 

genera la luz de un faro. 

 

Con ese delfín cerca, imagino, 

nuestras charlas se extenderían 

entre hortensias florecidas 

y podríamos pintar 

el más antiguo de los árboles 

que adornaba nuestro valle. 

 

Un ejercicio que nos permitiría 

subirnos a una tortuga para recorrer 

lugares áridos y cálidos.

 

Entonces, ¿por qué nada aparece 

sobre los lugares más lejanos? 

 

Muchas veces pienso que, 

más que nada, quisiera 

echarme en el pasto.

 

Al menos unos instantes.

Y acariciar un perfil 

hasta que el blanco tenga vida.

 

Porque después de la pequeña luz

y del negro inabarcable 

dejaremos de oscilar. 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 16 de marzo de 2024

Un potrero de alfalfa

 

Intentaba buscar una paz 

que había avizorado una vez 

en una iglesia, ya no recuerdo dónde. 

 

Hasta que por el campo me detuve 

ante el cadáver de una vaca 

y, detrás de la carne podrida, 

saltó una liebre y mansamente 

se fue hacia un potrero de alfalfa. 

 

 

 

viernes, 15 de marzo de 2024

Gracias a la luna llena

 

Gracias a la luna llena 

y a la humedad, 

esa noche el árbol resplandecía 

para que unos sapitos buscasen 

un haz de luz que los reflejase.

 

Mirabas la cantidad de estrellas

para recuperar lo que sentiste 

hace tantos años.

 

Los mismos pájaros de entonces,

por el jardín, querías, esos que iban,

uno detrás de otro, elegían una rama, 

trinaban, seguían, se rozaban por instantes.

 

jueves, 14 de marzo de 2024

La nube se movía apenas

 

 

La nube se movía apenas 

solitaria en el medio del cielo.

 

Su blancura parece caliente, 

desde las cansadas ramas, 

donde los pájaros de las pequeñas islas 

celebran las antiguas estatuas 

que siguen en pie. 

 

Supongo que estamos unidos 

a las luces que agigantan 

una serie de pétalos 

naranjas, rojos y amarillos 

que van hacia un ocre espléndido.

 

Vuelan a través de pueblos 

y campos, cada mañana, 

junto a plantas, animales 

festivos y montañas. 

 

¿Deberíamos ir a descansar 

a la playa donde la luz del invierno 

nos dio tanta tibieza? 

 

 

miércoles, 13 de marzo de 2024

Una lluvia finita y helada

 


Te decía: Me levanté con el ánimo

de crear algo íntimo, feliz, tibio y redondeado

que ilumine este día y el que sigue. 

 

Y con suerte también el próximo. 

Estaría ubicado ese objeto junto a un estanque 

donde podríamos vivir como los impresionistas. 

 

Y atrás quedaría el recuerdo de la espaciosa casa 

donde fui un ratoncito que deseaba nadar 

en un estanque. 

 

Porque estoy cansando de mirar hacia atrás.

Cansado de construir una biografía 

que tiene un dramatismo forzado. 

 

Recibo ahora una luz capaz de dormirme 

un día de calor bochornoso. 

Qué bueno, porque en ocasiones así,

duermo como un recién nacido 

en un tren que recorre el campo.


Y no tengo preocupaciones 

porque no tengo deseos. 


Aunque una sola cosa 

incluso entonces me exige: 

llegar a la estación cercana 

a nuestra pequeña y querida casa.

 

Por suerte, en el último tiempo, 

los sueños no dependen de algo mágico. 

 

Más bien dependen de los seres 

que veía revolver la basura 

mientras anochecía en la ciudad. 


Unos pobres diablos esos mendigos.

Aunque tal vez fueran dioses encubiertos capaces 

de salvarnos de una catástrofe inminente

cuando en las calles se repitiese 

una lluvia fina y helada.

 

 

martes, 12 de marzo de 2024

Una esfera dorada

 

Ese punto o lugar, construido por los antiguos 

habitantes de la zona durante unos cien años 

con un esfuerzo que costaría mucho describir, 

tiene cada piedra tan bien encastrada, que del cielo 

recibieron una luz que tocó su entrecejo 

para nacer en ellos una esfera redonda y dorada. 

 

Desde entonces buscamos esa esfera 

en un jardín suspendido en la cumbre de una montaña, 

sin otra cosa que el cielo arriba y el mar debajo.

 

De un blanco soñado

    Querías separar  la tensión del recuerdo  para que no pertenezca  a un lugar específico.   Pero separar los continentes  no es fácil.   ...