viernes, 31 de enero de 2025

Catania

Llegó a Catania, dejó el auto en un garage y el mismo hombre del garage, ante su pregunta, le dijo que podía ir a comprar una pizza a "Il pozzo". El lugar le pareció un tanto presuntuoso para lo que buscaba pero lo mismo hizo el pedido. Le pidieron entonces que espere sentado en la entrada y por ese mismo espacio bajó tres escalones una mujer con botas blancas altas y una pollera corta y negra. Su pelo también era negro, lo mismo que sus ojos. Por eso, y por otros tantos motivos, esas botas resaltan tanto, pensó él. La acompañaba un hombre que parecía un tanto tenso por lo que tenía entre manos. Luego los dos salieron. Pasaron junto a él, que por pudor no levantó la mirada. Un mozo le entregó las pizza y él salió detrás. Y cuando estuvo más cerca, ella ensayó un mínimo gesto de atención que se grabó en él como una flecha que alcanza en menos de un segundo el blanco. Y enseguida se levantó un viento insólito.

miércoles, 29 de enero de 2025

Ragusa Ilda

Mientras sube uno a uno los escalones 

de las afuera de Ragusa Ilda trata 

de llevarse los instantes que sabe 

son muy pocos y casi justifican 

los que en su vida no tienen 

un ímpetu siquiera parecido 

al momento que vive de pronto 

cuando el sol se va y los pájaros 

lo saludan un día como tantos miles 

de millones de otros que, en este caso, 

se diferencia con el hecho que él ha paseado 

con su mujer y con su hijo por jardines 

que miran a colinas y después ha transitado 

por calles donde se esforzaron artistas, 

constructores, obreros y tantas otros,

al punto que han llegado a tocar la fuerza 

que tiene guardada y que por obra 

de millones de años se asomó 

para escuchar a los pájaros 

de manera de sacarle el máximo 

beneficio a lo que queda del día.  

martes, 28 de enero de 2025

Agrigento. La tormenta acérrima


Nadie había salido debido a la tormenta acérrima. Pero de pronto paró de llover, tal vez iba a ser por un rato. Salió entonces por las calles milenarias, frías, donde unos gatos de un color marrón claro y blanco lo miraban pidiéndole algo que no estaba a su alcance. Se metió en una iglesia y pidió lo de siempre, y enseguida siguió hasta el punto más alto donde obtuvo la imagen de un cuadro de De Chirico. Un lugar inefable, impoluto, silencioso, sostenido en el aire, incluso soñado, donde los azules se contactaban con el negro, los ocres y los blancos. Se atrevió a tomar una foto aunque en la foto solo quedase una proporción mínima; la belleza recibida había sido de pronto. Grabarla en la cámara sería casi nada, pero volvió a disparar al tiempo que volvía la lluvia y de pronto adoptaba un ritmo más intenso. No tuvo otra opción que caminar calles abajo.

lunes, 27 de enero de 2025

Catania. Piedras volcánicas

Veía a unos niños, en colegio enfrente,

no tendrían más de cuatro años, extasiados 

con el hecho de tener un cuerpo y usarlo 

para experimentar sensaciones 

que les parecían nuevas, simples

y divertidas,  bajo un cielo que se abría 

por momentos y por otros se cerraba un tibio 

día de invierno en la ciudad de Catania.


Pensaba, viéndolos, en que siempre quiso 

tener su cabeza alineada con el cuerpo 

de manera tal que ella fuese guiada 

por las sensaciones y no por ideas

que no sabía de dónde provenían 

y que lo mantenían atado a una pared 

de piedras volcánicas, tan visibles en la ciudad, 

que habían sido expulsadas por un fuego

y del que alguna vez habían surgido los palacios 

que admiraba porque languidecían 

al punto de volverse más preciosos. 


sábado, 25 de enero de 2025

Agrigento. Después de la tormenta

 

Desde lo alto, a lo lejos, veía el mar 

mientras el viento arreciaba algo frío, 

pero no mucho, y la mañana avanzaba 

en su tarea de limpiar al cielo de las nubes 

después de una tormenta. Los pájaros 

iban y venían y los templos griegos 

tenían cerca de ellos un verde vívido, 

floreciente, que en ciertas partes tendía 

a lo oscuro debido a unas nubes 

que no se habían ido del todo. 

Lo mejor está por venir, pensó. 

Voy a cambiar como lo hace el paisaje.  

La tormenta será el punto de inflexión. 

En el futuro recordaría esa mañana 

para que el sentimiento le permitiese 

enfrentar los cambios con alegría. 

Decidió incluso anotar ese juramento.


viernes, 24 de enero de 2025

Agrigento. A veces

 

A veces lo que buscaba era expresar 

algo mínimo de una sensación, una 

experiencia que por ser distinta y delicada 

debía salir de su espíritu para ir 

al de otros y ser más amplia, más libre. 

Agrigento Valle de los templos

Iba por templos griegos 

y descubría que derruidos eran 

más atractivos que imaginados en su esplendor 

porque el paso del tiempo los había convertido 

en un elemento del paisaje

al punto que se habían provisto de un carácter 

que los llevaba al origen 

gracias a estar ahora exaltadas 

las piedras creadas mucho antes 

de lo que decían los carteles 

que desde lo alto las miraban

aquel día donde no pasaba casi nadie

porque una tormenta invernal 

no se iba del lugar, feliz 

de estar entre ellas 

volviéndolas más oscuras.

jueves, 23 de enero de 2025

Agrigento

 

Se habían colgado los dioses del cielo

para interpretar la última de las tormentas conocidas, 

y se tomaban también el lujo de vociferarlo 

con el viento. Pero antes, pájaros 

de rincones lejanos se habían acercado 

hacia dónde descansaba -sobre un diván, 

casi colgado de la montaña- y le habían 

permitido recordar tiempos antiguos 

en que iba de vuelta a su casa 

después del colegio gracias a que lo peor 

había pasado (las obligaciones del aprendizaje).

Lo que restaba del día estaba en su mundo,

que era mucho más intenso, y por eso 

más real que cualquier otro.



miércoles, 22 de enero de 2025

Palermo por la noche, Sicilia

Era como si en cada calle 

viese un sinfín de amigos 

que enseguida podían mostrar 

su miseria o codicia, y que eran 

incapaces de refrenar la necesidad 

de hacer el mal por motivos, en definitiva, 

entendibles, y por lo tanto, esos arranques, 

que todos tenemos, lo motivaban 

a ser más indulgente,  pensaba, 

mientras recorría cuadras mal iluminadas 

por donde muchos habían transitado, 

y ya no estaban, pero se hacían ver 

en negocios que le parecían familiares, 

y lo impulsaban a rescatar un elemento 

que llamaba próximo, y que por eso 

encontraba divino, y definía como 

un matiz que lo acercaba 

a cierta protección, y a la vez de malicia,

cercanía y repulsión terrorífica, 

que sentía al final de cada cuadra.


lunes, 20 de enero de 2025

Enero 2025 Capo Zaffenaro

Quiso ver el mar mucho tiempo 

para estar él dentro del agua, 

no en una parte, sino en toda 

el agua enfrente que oficiaba 

de manto misterioso, 

en su cabeza tibio como 

la bañadera que lo recibía

de niño para ser una foca 

o un delfín, y por donde 

podía ir, sin ataduras, 

sin destino, mar abierto, 

como ahora, con toda esa

fuerza enfrente pidiéndole 

que hiciera lo mismo.


Capo Zafferano

Se levanta en el medio de la noche

en una casa extraña. Delante está el mar

y, un poco al costado, la elevación de piedras 

y olivos que tiene esa forma tan curiosa 

y se describe como una punta en los mapas. 

En el mar, se divisan dos luces 

que las noches anteriores no estaban. 

Pescadores, supone. Se acaba de despertar 

de una pesadilla que le da al fin la mejor explicación 

de su vida y eso no sabría decir qué sentimiento 

le genera. En cierta forma, una alegría tenue

y al mismo tiempo una tristeza por el contenido 

del mensaje que le brindado finalmente su cabeza, 

su ser, no sabría decir quién ni por qué 

recién a esta edad le ha dicho finalmente 

cómo ha sido todo y por qué tantas personas 

representaron en su vida papeles un tanto forzados. 

Pero de pronto, al recapitular estas ideas, 

ya no está tan seguro de la contundencia de su revelación. 

Tampoco del sentido de anotar el sueño.

Mira hacia al mar en busca de las luces 

de los pescadores que, por suerte, siguen 

ahí, quietos, frente de su eventual casa

en el medio de la noche.


domingo, 19 de enero de 2025

Capo Zafferano

 

Estaba donde, desde que tenía memoria,

había querido estar: en lo más alto 

y frente al mar, y donde, al costado, 

muy poco, adelante, tenía una península 

con un risco prominente, un cuerpo 

de piedra entero, colosal, esculpido 

por la creación. Aunque no podía decir 

por quién ni por qué, pero con todo, 

de lo que estaba seguro, es que le daba 

una sensación placentera que le permitía 

soñar con un lugar con pinos y olivos 

por donde recalaban los pájaros

y seguían sobre el agua.

Un lugar soñado que era cierto.

Estaba frente de él y ya se alejaba.

sábado, 18 de enero de 2025

Palermo, Sicilia 2025

Se adentraba por calles abandonadas por todos menos por la historia. En cada calle, había muchas vidas pasadas y eso se sentía de forma clara, vívida, al punto que se le aparecían a cada rato: primero como sombras que iban presurosas y, detrás, como figuras de hombres vestidos con uniformes militares de gala junto a mujeres con vestidos suntuosos de noche. Tenían copas en la mano. Y por un momento, al pasar por una esquina, le parecía que le iban a sonreír, pero enseguida notaba que se reprimían. Supuso entonces que todavía vivían de las sugerencias y de los tesoros de energías que habían quedado esparcidos por las calles y en donde ahora todo tendía a un olvido que avanzaba a un ritmo constante, marcado, persistente, como la lluvia que caía desde el cielo frío desde hacía una semana.


viernes, 17 de enero de 2025

Catedral de Cefalú

 

Estaba frente a la imagen de Cristo, 

monumental y dorada, hecha con mosaicos,

 en la Catedral, e intentaba, despacio, 

sin forzar en lo posible las cosas, 

recibir esa mirada, y en especial la fuerza 

del entrecejo que tenía el Señor hijo de Dios, 

para, por fin, estar congraciado con él 

en su faz más profunda, protectora y generosa. 

Pero no sentía lo mismo que frente a la Virgen, 

a quien tenía como lo más fuerte a la hora de sostener su espíritu. 

¿Por qué? No lo sabía y se lo preguntaba. 

Y la respuesta no venía. Solo la imagen de Cristo llegaba. 

Ni serio ni sonriente. Tampoco esta vez sufriente. 

Solo cierta sorpresa, tal vez inquietud, 

mínima, en el rostro, y en el fondo 

una potencia capaz de levantar 

a cientos de imperios por miles de años

y de llevar gente de un lado para el otro, 

de generar fuegos y también sosiego 

a niveles que nadie podría controlar. 

Ni siquiera él. 

jueves, 16 de enero de 2025

Taormina, Sicilia

Se preguntaba cuál era el camino 

de su vida mientras pasaban los años 

y no obtenía una certeza liberadora 

aunque persistiese esperanzado 

con la idea de recibir una respuesta 

que lo dejaría esclarecido y sereno. 

Hasta que una vez, de vuelta a una casa 

ubicada entre las montañas y la mar,  

después de visitar un teatro milenario

imaginándose sus representaciones trágicas,

apenas volvió sobre la misma cuestión, 

no quiso ahondar más, y la noche, 

de poco, ya más serena, como lo había 

hecho en el pasado, volvió para convertir 

en negro el paisaje que miraba desde lo alto.

miércoles, 15 de enero de 2025

Subida al Museo Capodimonte Nápoles

 

Subía con sus hijos por calles 

en donde las personas vivían 

unas vidas que le parecían infernales

porque no tenían ni el verde ni la calma

que le eran necesarias para encontrar 

un mínimo de paz que adorne 

su atormentada existencia

en donde por lo general

un montón de signos 

eran motivo suficiente 

para que en su dimensión imaginaria 

floreciesen tensiones y molestias

que lo alejaban del tipo de quietud 

situado en lo más alto en la tierra.


Y sin embargo, en esas calles, 

tan estrechas, por donde apenas

pasaba un auto, y no había veredas,

las personas, asomadas a las ventanas,

como animales exhibidos, sonreían 

y cantaban más y mejor que él, 

que no podía sino sostener

 lo que había dicho siempre:

que esa era una alegría vana

y que no estaría nunca 

cerca de su espíritu delicado,

y por lo tanto perdido, 

en un sinfín de gestos 

que respondían a ciertos artificios 

que sin embargo no soltaba

porque eran todo lo que tenía.



martes, 14 de enero de 2025

Villa Comunale di Taormina

 

Iba por jardines en donde abundaban 

las Santa Ritas, los pinos y los cactus 

entre otras muchas especies que la isla 

generaba como el complemento necesario 

para honrar a un mar que tendía a permanecer manso 

y por donde habían llegado durante siglos 

personas de todos los confines a generarse 

riqueza y placeres con el tiempo 

grabados en las piedras de templos 

levantados con la intención de honrar 

al cielo y generar así un paraíso en la tierra. 


Pero  más temprano que tarde, 

las tragedias también habían llegado 

para cubrir a tanta belleza con la sensualidad 

y la fuerza necesaria para quebrar un poco al mar 

que tenía la intención de mantener la calma.

lunes, 13 de enero de 2025

Cinco pétalos con forma de estrella

Lo fascinaba la belleza 

y por lo tanto iba detrás 

de lo que le parecía potente 

porque en esa fuerza encontraba 

un sentido preciado que le venía 

en dosis diversas para prodigarle 

un placer que estaba en los matices 

de los cinco pétalos, en las hortensias,

con forma de estrella.


Pétalos que, cuando se los mira bien,

se descubre que son antiguos infantes muertos 

en circunstancias trágicas, inexplicables,  

grabados como una ofrenda de los dioses

para que sigan otros eventos de otros mundos 

eso seres mágicos, cándidos, 

por siempre bellos.


domingo, 12 de enero de 2025

Etna

Buscaba en el arte un resquicio

que lo rescatase de la angustia 

que lo tomaba desde siempre

ante la adversidad y el dolor 

que se puede desenvolver 

de un momento a otro.


Quería así escapar de la fugacidad

para quedar en el alma de otros,

y ser alguien en lo más alto

del volcán más imponente. 

Le pedía demasiado al arte.

Y por eso el arte no lo auxiliaba.

O en realidad sí, pero solo le enviaba pájaros 

que pasaban por su ventana,

miraban el horizonte y partían, 

rápido, entusiastas, mostrándole 

la realidad más concreta y última 

de todas que él no lograba

entender más que por instantes.

Y con todo, esos contactos

eran lo mejor que tenía. 

sábado, 11 de enero de 2025

Mucho más que las estrellas

 

Veía a las personas en todos lados,

en la calle, en la tele o en las redes 

y presentía la energía que interpretaban,

al punto que les parecía que eran actores 

que seguían el guión ideado por las estrellas, 

y por alguien superior incluso a las estrellas, 

si es que ese alguien existía, y si es que era posible 

alguna vez entender qué tipo de asuntos 

arbitraban las estrellas, y que parte ínfima,

pero importante, podían decidir los hombres. 

Y se lo decía por las calles, consciente por momentos 

que también le tocaba seguir determinada trama. 

Y la seguía como los demás de la forma que podía. 

Sintiéndose a veces escrupuloso y fuerte. 

Y otras veces seguro de que sus conocimientos 

eran vagos, variaban con un tiempo, 

y se habían revelado por lo general escasos. 

Y por sobre todo, que la necesidad de no sufrir 

lo guiaba mucho más que las estrellas.

viernes, 10 de enero de 2025

Después de ver "El bello Antonio"

Quisiera dejar de expresar algo 

para tomar lo máximo posible

de todos los otros y quedar así dentro 

de un mundo donde su propio estar 

no existiera más y solo fuese su sentir 

el sentir de todos y todos

lo completaran en cada momento 

para quedar pronto dispuesto 

a cantar a través de los pájaros.


jueves, 9 de enero de 2025

Tropea

Tropea. Mar embravecido gracias a que de pronto se levantó un viento inusual. Gran espectáculo: olas que rompen a unos cuantos metros de la costa, algo inusual para el Mediterráneo, y después lo destacado: encuentro un pedazo de madera que simula ser una escultura primitiva. De algún modo, tal vez es africana. Lo es de hecho, cuando lo pienso mejor. Sin duda. Opto por situarla arriba de un arbusto y funciona el conjunto. De hecho, voy a intentar de ahora en más armar conjuntos escultóricos, pienso. No me interesa aprender a dibujar o modelar con determinada maestría figurativa o naturalista. No me interesa una educación plástica, digamos, clásica. No lo he querido aceptar a lo largo de todos estos años porque siempre estaba el tema de que un artista "debía" saber copiar un cuerpo humano, los objetos, etc. No digo que no, es lo mejor; solo que en mi caso eso no me divierte. Por ende, no me interesa. Y por lo demás, está claro que la tecnología en parte dejó atrás esa cuestión. En concreto, me pasa siempre lo mismo con tantas cosas: lo que me importan son las ideas. Después, la materialización me interesar menos. Salvo con la escultura. En ese caso, las cosas cambian. Me interesa partir de una piedra y ver qué me depara. Qué tiene para emerger de ahí. Eso sí me fascina. Es algo en cierto punto místico. Un diálogo de la piedra misma conmigo. Una solicitud también; de ella, que me pide, de a poco, que la comprenda, que la convierta en lo que quiere ser. Es algo exagerado esto que digo, y también infatuado, pero algo así quiero creer que ocurre. Lo que pasa es que las palabras traicionan ese fenómeno cuando se explayan. Porque la realidad es un poco más imprecisa y por lo tanto más interesante. 

Brutalismo Nápoles

Caminar por Nápoles hasta dar con el barrio pudiente, exige, y bastante. Primero, pasamos por  el centro atiborrado de gente en donde las calles, con soberbia fidelidad, repiten sus consignas: motociclistas intemperantes, y por lo tanto propensos a utilizar la bocina para imponer su paso, logran un estado general próximo al desastre. No hay más ley que la prepotencia y esa fuerza da una impronta de libertad. Se puede tirar la basura por ejemplo en cada esquina. Pero al mismo tiempo agobia. La gente, por otra parte, no parece reconocer puntos medios. O es brusca o muy amable, familiar casi. El museo de arqueología tiene esculturas grandes, fantásticas. Expresión acabada de una ferviente decadencia. 

miércoles, 8 de enero de 2025

Ascenso al Museo Capodimonte

 

Vamos por un barrio que a medida que ascendemos se vuelve más pobre. Los edificios de pocos pisos en la planta baja tienen viviendas que dan la impresión de ser como grutas desde donde las personas miran hacia la calle. Las veredas en general fueron ganadas por los ocupantes, aunque esa ganancia no excede el medio metro. Muchos tienden ahí la ropa. Hay puertas nuevas y ventanas también recientes, pero la estructura de los edificios es antigua. La gente se asoma. Viejos y jóvenes, algunos cantan. También perros. Pasan tres jóvenes en moto por una calle con adoquines y doblan a una velocidad inusitada. Sus gestos son adustos, concentrados en algo muy serio parecen. Hay relieves religiosos y también pasamos por una capilla que tiene una barca dentro. Será de los pescadores, supongo. Trato de imaginarme cómo será la vida en este barrio y enseguida pienso que todas las vidas se parecen y todos los barrios del mundo no son más que una puesta en escena que difiere en el decorado. Las cuestiones esenciales son siempre las mismas: nacimiento, placer, enfermedad, muerte. Los litigios, los acercamientos mínimos, a veces fuertes, importantes, y tal vez después un cierto alejamiento. Y con suerte un reencuentro. Planetas que nacen y mueren. Lo mismo las estrellas. 

martes, 7 de enero de 2025

Visiones. Nápoles

 Visiones:


Los curas chistando en la basílica de Santa Clara para que la gente haga silencio. Luego, llaman a uno de ellos para que asista a un hombre de unos cuarenta años, en remera, que está sentado en un costado, en una de las capillas que tiene la iglesia, con gesto de sentirse mal.


El cura que se sienta a dar la confesión sin demasiado entusiasmo en la gran iglesia de Jesús Nuevo que está casi enfrente de la basílica de Santa Clara. Enseguida, viene un hombre con buen peso, canas, gesto respetuoso, algo apremiado, que se sienta frente a él en una silla -el cura está sentado en otra silla, enfrente tiene una mesa y en el medio hay una división de acrílico-. Empieza a hablar con profusión y el cura lo escucha atento, pero también es víctima de cierto cansancio, un aire severo fruto de haber asumido una profesión demasiado esforzada. 


El hombre que llega a un camión, lo detiene frente a la mesa donde estamos comienzo en plena piazza de Jesús Nuevo -guarecidos por una estructura de acrílico que nos preserva del frío-. Se dedica a a bajar las garrafas de cerveza y los botellones de agua con un aire de satisfacción apenas visible. No reniega de su trabajo, al parecer.  Los mozos son jóvenes y asumen el aire de superación y cierta atmósfera de soberbia que impera entre los hombres trabajadores de esta ciudad. 


lunes, 6 de enero de 2025

Parioli

Roma. Salimos rumbo a Parioli y cuarenta y cinco minutos después estamos en un barrio que tiene la tranquilidad que supuestamente debo adorar pero también una quietud, una falta de viento, que me termina por no convencer, y en todo Roma noto ese defecto. No hay viento. No suele haber viento, al parecer.

Avanzamos por calles y avenidas que dan a un parque inmenso y llegamos a un mirador desde donde se divisan canchas de rugby, tenis y pistas de atletismo y al final barrios de las afueras. Todo en calma hoy primero de enero. 

Una gaviota de gran tamaño revuelve la basura mientras un joven pasea un beagle sin atreverse a  molestarla. Lo mejor viene después: una pizzería en una calle tranquila. Croquetas y pizza en mesas en la vereda y sin comensales cerca. Solo una atractiva policía que se acerca a realizar un pedido y después una joven en un auto diminuto. Por fin, saludamos a la persona que atiende, que es simpática y habla bastante bien el español. Luego seguimos viaje Villa Borguese a través de una avenida que baja y tiene edificios señoriales. En el parque nos detenemos a ver los árboles y las fuentes. Antes pasamos lo mínimo por el Zoo. Después, Piazza del Popolo con mucha gente. Todo acá parece de otro tiempo, hasta las multitudes y los desfiles que vemos. 


domingo, 5 de enero de 2025

Empezar

 

Ha medida que se dio cuenta de que su vida estaba trazada por el pulso de su historia personal, familiar y social, decidió alejarse de ese boceto para tomar una mejor perspectiva de sus vivencias. Suponía que desde cierta distancia podría pasar a un país de "las maravillas", un poco como Alicia y no sabía que en realidad solo encontraría un terreno plano y vacío desde donde comenzar a dividir la paja del trigo. 




sábado, 4 de enero de 2025

Bahía de Nápoles

 

Las idas y vueltas de las olas en la rambla un día de invierno no demasiado frío. Ha llovido y ahora sopla el viento. Tengo enfrente la bahía de Nápoles, el Vesubio. Vamos juntos los cuatro. Unión feliz en esta vida, que es lo mejor que he conseguido. Debo recordar eso. Del mismo modo, que espero recordar estas primeras impresiones del mar por la noche y el volcán detrás tocado por la neblina, aunque sé que ese tipo de momentos tienden a perderse y a quedar, con suerte, representados más bien por un sentimiento que es impreciso y sin embargo fue pujante, fuerte y vigoroso.

viernes, 3 de enero de 2025

Brindis 2025


Cuando los ensayos que uno ha realizado, dejan de resultar interesantes, o siquiera dan la impresión de generar un sentido valedero, se pierde el rumbo de los días y, cuando se pierde el rumbo de los días, hay una sensación de vacío que toma el cuerpo. Entonces, el cuerpo siente la falta de ataduras. Eso se llama realidad. Un espacio que justifique el tiempo y que por lo tanto sostenga un discurso se ha ido. Hay que brindar por eso. 

jueves, 2 de enero de 2025

Roma 3

 

Otro día de sol. Primero que nada caminar sin rumbo. Así llegamos a la esquina de las cuatro fuentes. Un lugar con encanto. Perfecto. Simple. Después el Quirinale y pronto estamos frente a la San Ignacio de Loyola dispuestos a entrar. Los frescos del techo me parecen un tanto deslucidos en un sus colores. Tal vez les falte una restauración. Seguimos hasta cerca de Piazza Navona donde comemos unas focaccias con demasiadas personas. La piazza está repleta también. Hasta una feria para chicos tiene. Seguimos hasta el vaticano. Cruzamos el Tíber, luego Castel Sant´angelo y por fin San Pedro. Al entrar me olvido una moneda de cobre que llevo colgada desde hace un tiempo en las bandejas de control. Una donación a la iglesia. Adentro, mucha gente y mucha magnificencia. Pero digamos que la cantidad de personas, la atracción desmesurada de las masas, como siempre, complica las cosas. Creo que voy a recordar mucho la alegría de encontrar un baño limpio y de fácil acceso a la salida, por la izquierda, bajando una escalera. Al volver camino en el frío y paso por una plaza que tiene una pista de hielo. Después por el restaurante Alfredo -que está igual que hace treinta años- y por fin vía del Corzo repleta de gente, negocios y luces.  

miércoles, 1 de enero de 2025

Museo Capitolini

 

Entrada a un museo fantástico por varios motivos. Tiene esculturas, de muchas épocas, y mira al foro romano desde balcones que una noche fría, sin gente casi, se impregnan de la ausencia de tiempo. Se vive entonces la extraña detención, que pocas veces se capta, y es la calma del mundo, una serenidad en lo profundo, y que está, y tantas veces, no se capta. Es porque uno vive en una dimensión histórica donde presente, pasado y futuro cohabitan y se tensan entre sí en un conflicto destinado a garantizar cierto resultados que sosieguen varios deseos. Pero cuando las columnas romanas se levantan frente a uno en la noche fría, y tienen la iluminación justa delante del cielo, con la ciudad detrás de este primero contacto, entonces emerge la fascinación que pueden tener esas esculturas milenarias. Se entra así en la ausencia del tiempo, y todo está en su sitio y hay una calma donde Dios nos toca junto a montones de ángeles que nos ofrecen la paz de un paisaje renacentista. 

Por los años de los años

  Ella le resultaba una gloria eterna en base a los años de juventud que lo había marcado a tal punto que vivía en total correspondencia con...