Llegó a Catania, dejó el auto en un garage y el mismo hombre del garage, ante su pregunta, le dijo que podía ir a comprar una pizza a "Il pozzo". El lugar le pareció un tanto presuntuoso para lo que buscaba pero lo mismo hizo el pedido. Le pidieron entonces que espere sentado en la entrada y por ese mismo espacio bajó tres escalones una mujer con botas blancas altas y una pollera corta y negra. Su pelo también era negro, lo mismo que sus ojos. Por eso, y por otros tantos motivos, esas botas resaltan tanto, pensó él. La acompañaba un hombre que parecía un tanto tenso por lo que tenía entre manos. Luego los dos salieron. Pasaron junto a él, que por pudor no levantó la mirada. Un mozo le entregó las pizza y él salió detrás. Y cuando estuvo más cerca, ella ensayó un mínimo gesto de atención que se grabó en él como una flecha que alcanza en menos de un segundo el blanco. Y enseguida se levantó un viento insólito.
viernes, 31 de enero de 2025
miércoles, 29 de enero de 2025
Ragusa Ilda
Mientras sube uno a uno los escalones
de las afuera de Ragusa Ilda trata
de llevarse los instantes que sabe
son muy pocos y casi justifican
los que en su vida no tienen
un ímpetu siquiera parecido
al momento que vive de pronto
cuando el sol se va y los pájaros
lo saludan un día como tantos miles
de millones de otros que, en este caso,
se diferencia con el hecho que él ha paseado
con su mujer y con su hijo por jardines
que miran a colinas y después ha transitado
por calles donde se esforzaron artistas,
constructores, obreros y tantas otros,
al punto que han llegado a tocar la fuerza
que tiene guardada y que por obra
de millones de años se asomó
para escuchar a los pájaros
de manera de sacarle el máximo
beneficio a lo que queda del día.
martes, 28 de enero de 2025
Agrigento. La tormenta acérrima
Nadie había salido debido a la tormenta acérrima. Pero de pronto paró de llover, tal vez iba a ser por un rato. Salió entonces por las calles milenarias, frías, donde unos gatos de un color marrón claro y blanco lo miraban pidiéndole algo que no estaba a su alcance. Se metió en una iglesia y pidió lo de siempre, y enseguida siguió hasta el punto más alto donde obtuvo la imagen de un cuadro de De Chirico. Un lugar inefable, impoluto, silencioso, sostenido en el aire, incluso soñado, donde los azules se contactaban con el negro, los ocres y los blancos. Se atrevió a tomar una foto aunque en la foto solo quedase una proporción mínima; la belleza recibida había sido de pronto. Grabarla en la cámara sería casi nada, pero volvió a disparar al tiempo que volvía la lluvia y de pronto adoptaba un ritmo más intenso. No tuvo otra opción que caminar calles abajo.
lunes, 27 de enero de 2025
Catania. Piedras volcánicas
Veía a unos niños, en colegio enfrente,
no tendrían más de cuatro años, extasiados
con el hecho de tener un cuerpo y usarlo
para experimentar sensaciones
que les parecían nuevas, simples
y divertidas, bajo un cielo que se abría
por momentos y por otros se cerraba un tibio
día de invierno en la ciudad de Catania.
Pensaba, viéndolos, en que siempre quiso
tener su cabeza alineada con el cuerpo
de manera tal que ella fuese guiada
por las sensaciones y no por ideas
que no sabía de dónde provenían
y que lo mantenían atado a una pared
de piedras volcánicas, tan visibles en la ciudad,
que habían sido expulsadas por un fuego
y del que alguna vez habían surgido los palacios
que admiraba porque languidecían
al punto de volverse más preciosos.
sábado, 25 de enero de 2025
Agrigento. Después de la tormenta
Desde lo alto, a lo lejos, veía el mar
mientras el viento arreciaba algo frío,
pero no mucho, y la mañana avanzaba
en su tarea de limpiar al cielo de las nubes
después de una tormenta. Los pájaros
iban y venían y los templos griegos
tenían cerca de ellos un verde vívido,
floreciente, que en ciertas partes tendía
a lo oscuro debido a unas nubes
que no se habían ido del todo.
Lo mejor está por venir, pensó.
Voy a cambiar como lo hace el paisaje.
La tormenta será el punto de inflexión.
En el futuro recordaría esa mañana
para que el sentimiento le permitiese
enfrentar los cambios con alegría.
Decidió incluso anotar ese juramento.
viernes, 24 de enero de 2025
Agrigento. A veces
A veces lo que buscaba era expresar
algo mínimo de una sensación, una
experiencia que por ser distinta y delicada
debía salir de su espíritu para ir
al de otros y ser más amplia, más libre.
Agrigento Valle de los templos
Iba por templos griegos
y descubría que derruidos eran
más atractivos que imaginados en su esplendor
porque el paso del tiempo los había convertido
en un elemento del paisaje
al punto que se habían provisto de un carácter
que los llevaba al origen
gracias a estar ahora exaltadas
las piedras creadas mucho antes
de lo que decían los carteles
que desde lo alto las miraban
aquel día donde no pasaba casi nadie
porque una tormenta invernal
no se iba del lugar, feliz
de estar entre ellas
volviéndolas más oscuras.
jueves, 23 de enero de 2025
Agrigento
Se habían colgado los dioses del cielo
para interpretar la última de las tormentas conocidas,
y se tomaban también el lujo de vociferarlo
con el viento. Pero antes, pájaros
de rincones lejanos se habían acercado
hacia dónde descansaba -sobre un diván,
casi colgado de la montaña- y le habían
permitido recordar tiempos antiguos
en que iba de vuelta a su casa
después del colegio gracias a que lo peor
había pasado (las obligaciones del aprendizaje).
Lo que restaba del día estaba en su mundo,
que era mucho más intenso, y por eso
más real que cualquier otro.
miércoles, 22 de enero de 2025
Palermo por la noche, Sicilia
Era como si en cada calle
viese un sinfín de amigos
que enseguida podían mostrar
su miseria o codicia, y que eran
incapaces de refrenar la necesidad
de hacer el mal por motivos, en definitiva,
entendibles, y por lo tanto, esos arranques,
que todos tenemos, lo motivaban
a ser más indulgente, pensaba,
mientras recorría cuadras mal iluminadas
por donde muchos habían transitado,
y ya no estaban, pero se hacían ver
en negocios que le parecían familiares,
y lo impulsaban a rescatar un elemento
que llamaba próximo, y que por eso
encontraba divino, y definía como
un matiz que lo acercaba
a cierta protección, y a la vez de malicia,
cercanía y repulsión terrorífica,
que sentía al final de cada cuadra.
lunes, 20 de enero de 2025
Enero 2025 Capo Zaffenaro
Quiso ver el mar mucho tiempo
para estar él dentro del agua,
no en una parte, sino en toda
el agua enfrente que oficiaba
de manto misterioso,
en su cabeza tibio como
la bañadera que lo recibía
de niño para ser una foca
o un delfín, y por donde
podía ir, sin ataduras,
sin destino, mar abierto,
como ahora, con toda esa
fuerza enfrente pidiéndole
que hiciera lo mismo.
Capo Zafferano
Se levanta en el medio de la noche
en una casa extraña. Delante está el mar
y, un poco al costado, la elevación de piedras
y olivos que tiene esa forma tan curiosa
y se describe como una punta en los mapas.
En el mar, se divisan dos luces
que las noches anteriores no estaban.
Pescadores, supone. Se acaba de despertar
de una pesadilla que le da al fin la mejor explicación
de su vida y eso no sabría decir qué sentimiento
le genera. En cierta forma, una alegría tenue
y al mismo tiempo una tristeza por el contenido
del mensaje que le brindado finalmente su cabeza,
su ser, no sabría decir quién ni por qué
recién a esta edad le ha dicho finalmente
cómo ha sido todo y por qué tantas personas
representaron en su vida papeles un tanto forzados.
Pero de pronto, al recapitular estas ideas,
ya no está tan seguro de la contundencia de su revelación.
Tampoco del sentido de anotar el sueño.
Mira hacia al mar en busca de las luces
de los pescadores que, por suerte, siguen
ahí, quietos, frente de su eventual casa
en el medio de la noche.
domingo, 19 de enero de 2025
Capo Zafferano
Estaba donde, desde que tenía memoria,
había querido estar: en lo más alto
y frente al mar, y donde, al costado,
muy poco, adelante, tenía una península
con un risco prominente, un cuerpo
de piedra entero, colosal, esculpido
por la creación. Aunque no podía decir
por quién ni por qué, pero con todo,
de lo que estaba seguro, es que le daba
una sensación placentera que le permitía
soñar con un lugar con pinos y olivos
por donde recalaban los pájaros
y seguían sobre el agua.
Un lugar soñado que era cierto.
Estaba frente de él y ya se alejaba.
sábado, 18 de enero de 2025
Palermo, Sicilia 2025
Se adentraba por calles abandonadas por todos menos por la historia. En cada calle, había muchas vidas pasadas y eso se sentía de forma clara, vívida, al punto que se le aparecían a cada rato: primero como sombras que iban presurosas y, detrás, como figuras de hombres vestidos con uniformes militares de gala junto a mujeres con vestidos suntuosos de noche. Tenían copas en la mano. Y por un momento, al pasar por una esquina, le parecía que le iban a sonreír, pero enseguida notaba que se reprimían. Supuso entonces que todavía vivían de las sugerencias y de los tesoros de energías que habían quedado esparcidos por las calles y en donde ahora todo tendía a un olvido que avanzaba a un ritmo constante, marcado, persistente, como la lluvia que caía desde el cielo frío desde hacía una semana.
viernes, 17 de enero de 2025
Catedral de Cefalú
Estaba frente a la imagen de Cristo,
monumental y dorada, hecha con mosaicos,
en la Catedral, e intentaba, despacio,
sin forzar en lo posible las cosas,
recibir esa mirada, y en especial la fuerza
del entrecejo que tenía el Señor hijo de Dios,
para, por fin, estar congraciado con él
en su faz más profunda, protectora y generosa.
Pero no sentía lo mismo que frente a la Virgen,
a quien tenía como lo más fuerte a la hora de sostener su espíritu.
¿Por qué? No lo sabía y se lo preguntaba.
Y la respuesta no venía. Solo la imagen de Cristo llegaba.
Ni serio ni sonriente. Tampoco esta vez sufriente.
Solo cierta sorpresa, tal vez inquietud,
mínima, en el rostro, y en el fondo
una potencia capaz de levantar
a cientos de imperios por miles de años
y de llevar gente de un lado para el otro,
de generar fuegos y también sosiego
a niveles que nadie podría controlar.
Ni siquiera él.
jueves, 16 de enero de 2025
Taormina, Sicilia
Se preguntaba cuál era el camino
de su vida mientras pasaban los años
y no obtenía una certeza liberadora
aunque persistiese esperanzado
con la idea de recibir una respuesta
que lo dejaría esclarecido y sereno.
Hasta que una vez, de vuelta a una casa
ubicada entre las montañas y la mar,
después de visitar un teatro milenario
imaginándose sus representaciones trágicas,
apenas volvió sobre la misma cuestión,
no quiso ahondar más, y la noche,
de poco, ya más serena, como lo había
hecho en el pasado, volvió para convertir
en negro el paisaje que miraba desde lo alto.
miércoles, 15 de enero de 2025
Subida al Museo Capodimonte Nápoles
Subía con sus hijos por calles
en donde las personas vivían
unas vidas que le parecían infernales
porque no tenían ni el verde ni la calma
que le eran necesarias para encontrar
un mínimo de paz que adorne
su atormentada existencia
en donde por lo general
un montón de signos
eran motivo suficiente
para que en su dimensión imaginaria
floreciesen tensiones y molestias
que lo alejaban del tipo de quietud
situado en lo más alto en la tierra.
Y sin embargo, en esas calles,
tan estrechas, por donde apenas
pasaba un auto, y no había veredas,
las personas, asomadas a las ventanas,
como animales exhibidos, sonreían
y cantaban más y mejor que él,
que no podía sino sostener
lo que había dicho siempre:
que esa era una alegría vana
y que no estaría nunca
cerca de su espíritu delicado,
y por lo tanto perdido,
en un sinfín de gestos
que respondían a ciertos artificios
que sin embargo no soltaba
porque eran todo lo que tenía.
martes, 14 de enero de 2025
Villa Comunale di Taormina
Iba por jardines en donde abundaban
las Santa Ritas, los pinos y los cactus
entre otras muchas especies que la isla
generaba como el complemento necesario
para honrar a un mar que tendía a permanecer manso
y por donde habían llegado durante siglos
personas de todos los confines a generarse
riqueza y placeres con el tiempo
grabados en las piedras de templos
levantados con la intención de honrar
al cielo y generar así un paraíso en la tierra.
Pero más temprano que tarde,
las tragedias también habían llegado
para cubrir a tanta belleza con la sensualidad
y la fuerza necesaria para quebrar un poco al mar
que tenía la intención de mantener la calma.
lunes, 13 de enero de 2025
Cinco pétalos con forma de estrella
Lo fascinaba la belleza
y por lo tanto iba detrás
de lo que le parecía potente
porque en esa fuerza encontraba
un sentido preciado que le venía
en dosis diversas para prodigarle
un placer que estaba en los matices
de los cinco pétalos, en las hortensias,
con forma de estrella.
Pétalos que, cuando se los mira bien,
se descubre que son antiguos infantes muertos
en circunstancias trágicas, inexplicables,
grabados como una ofrenda de los dioses
para que sigan otros eventos de otros mundos
eso seres mágicos, cándidos,
por siempre bellos.
domingo, 12 de enero de 2025
Etna
Buscaba en el arte un resquicio
que lo rescatase de la angustia
que lo tomaba desde siempre
ante la adversidad y el dolor
que se puede desenvolver
de un momento a otro.
Quería así escapar de la fugacidad
para quedar en el alma de otros,
y ser alguien en lo más alto
del volcán más imponente.
Le pedía demasiado al arte.
Y por eso el arte no lo auxiliaba.
O en realidad sí, pero solo le enviaba pájaros
que pasaban por su ventana,
miraban el horizonte y partían,
rápido, entusiastas, mostrándole
la realidad más concreta y última
de todas que él no lograba
entender más que por instantes.
Y con todo, esos contactos
eran lo mejor que tenía.
sábado, 11 de enero de 2025
Mucho más que las estrellas
Veía a las personas en todos lados,
en la calle, en la tele o en las redes
y presentía la energía que interpretaban,
al punto que les parecía que eran actores
que seguían el guión ideado por las estrellas,
y por alguien superior incluso a las estrellas,
si es que ese alguien existía, y si es que era posible
alguna vez entender qué tipo de asuntos
arbitraban las estrellas, y que parte ínfima,
pero importante, podían decidir los hombres.
Y se lo decía por las calles, consciente por momentos
que también le tocaba seguir determinada trama.
Y la seguía como los demás de la forma que podía.
Sintiéndose a veces escrupuloso y fuerte.
Y otras veces seguro de que sus conocimientos
eran vagos, variaban con un tiempo,
y se habían revelado por lo general escasos.
Y por sobre todo, que la necesidad de no sufrir
lo guiaba mucho más que las estrellas.
viernes, 10 de enero de 2025
Después de ver "El bello Antonio"
Quisiera dejar de expresar algo
para tomar lo máximo posible
de todos los otros y quedar así dentro
de un mundo donde su propio estar
no existiera más y solo fuese su sentir
el sentir de todos y todos
lo completaran en cada momento
para quedar pronto dispuesto
a cantar a través de los pájaros.
jueves, 9 de enero de 2025
Tropea
Tropea. Mar embravecido gracias a que de pronto se levantó un viento inusual. Gran espectáculo: olas que rompen a unos cuantos metros de la costa, algo inusual para el Mediterráneo, y después lo destacado: encuentro un pedazo de madera que simula ser una escultura primitiva. De algún modo, tal vez es africana. Lo es de hecho, cuando lo pienso mejor. Sin duda. Opto por situarla arriba de un arbusto y funciona el conjunto. De hecho, voy a intentar de ahora en más armar conjuntos escultóricos, pienso. No me interesa aprender a dibujar o modelar con determinada maestría figurativa o naturalista. No me interesa una educación plástica, digamos, clásica. No lo he querido aceptar a lo largo de todos estos años porque siempre estaba el tema de que un artista "debía" saber copiar un cuerpo humano, los objetos, etc. No digo que no, es lo mejor; solo que en mi caso eso no me divierte. Por ende, no me interesa. Y por lo demás, está claro que la tecnología en parte dejó atrás esa cuestión. En concreto, me pasa siempre lo mismo con tantas cosas: lo que me importan son las ideas. Después, la materialización me interesar menos. Salvo con la escultura. En ese caso, las cosas cambian. Me interesa partir de una piedra y ver qué me depara. Qué tiene para emerger de ahí. Eso sí me fascina. Es algo en cierto punto místico. Un diálogo de la piedra misma conmigo. Una solicitud también; de ella, que me pide, de a poco, que la comprenda, que la convierta en lo que quiere ser. Es algo exagerado esto que digo, y también infatuado, pero algo así quiero creer que ocurre. Lo que pasa es que las palabras traicionan ese fenómeno cuando se explayan. Porque la realidad es un poco más imprecisa y por lo tanto más interesante.
Brutalismo Nápoles
Caminar por Nápoles hasta dar con el barrio pudiente, exige, y bastante. Primero, pasamos por el centro atiborrado de gente en donde las calles, con soberbia fidelidad, repiten sus consignas: motociclistas intemperantes, y por lo tanto propensos a utilizar la bocina para imponer su paso, logran un estado general próximo al desastre. No hay más ley que la prepotencia y esa fuerza da una impronta de libertad. Se puede tirar la basura por ejemplo en cada esquina. Pero al mismo tiempo agobia. La gente, por otra parte, no parece reconocer puntos medios. O es brusca o muy amable, familiar casi. El museo de arqueología tiene esculturas grandes, fantásticas. Expresión acabada de una ferviente decadencia.
miércoles, 8 de enero de 2025
Ascenso al Museo Capodimonte
Vamos por un barrio que a medida que ascendemos se vuelve más pobre. Los edificios de pocos pisos en la planta baja tienen viviendas que dan la impresión de ser como grutas desde donde las personas miran hacia la calle. Las veredas en general fueron ganadas por los ocupantes, aunque esa ganancia no excede el medio metro. Muchos tienden ahí la ropa. Hay puertas nuevas y ventanas también recientes, pero la estructura de los edificios es antigua. La gente se asoma. Viejos y jóvenes, algunos cantan. También perros. Pasan tres jóvenes en moto por una calle con adoquines y doblan a una velocidad inusitada. Sus gestos son adustos, concentrados en algo muy serio parecen. Hay relieves religiosos y también pasamos por una capilla que tiene una barca dentro. Será de los pescadores, supongo. Trato de imaginarme cómo será la vida en este barrio y enseguida pienso que todas las vidas se parecen y todos los barrios del mundo no son más que una puesta en escena que difiere en el decorado. Las cuestiones esenciales son siempre las mismas: nacimiento, placer, enfermedad, muerte. Los litigios, los acercamientos mínimos, a veces fuertes, importantes, y tal vez después un cierto alejamiento. Y con suerte un reencuentro. Planetas que nacen y mueren. Lo mismo las estrellas.
martes, 7 de enero de 2025
Visiones. Nápoles
Visiones:
Los curas chistando en la basílica de Santa Clara para que la gente haga silencio. Luego, llaman a uno de ellos para que asista a un hombre de unos cuarenta años, en remera, que está sentado en un costado, en una de las capillas que tiene la iglesia, con gesto de sentirse mal.
El cura que se sienta a dar la confesión sin demasiado entusiasmo en la gran iglesia de Jesús Nuevo que está casi enfrente de la basílica de Santa Clara. Enseguida, viene un hombre con buen peso, canas, gesto respetuoso, algo apremiado, que se sienta frente a él en una silla -el cura está sentado en otra silla, enfrente tiene una mesa y en el medio hay una división de acrílico-. Empieza a hablar con profusión y el cura lo escucha atento, pero también es víctima de cierto cansancio, un aire severo fruto de haber asumido una profesión demasiado esforzada.
El hombre que llega a un camión, lo detiene frente a la mesa donde estamos comienzo en plena piazza de Jesús Nuevo -guarecidos por una estructura de acrílico que nos preserva del frío-. Se dedica a a bajar las garrafas de cerveza y los botellones de agua con un aire de satisfacción apenas visible. No reniega de su trabajo, al parecer. Los mozos son jóvenes y asumen el aire de superación y cierta atmósfera de soberbia que impera entre los hombres trabajadores de esta ciudad.
lunes, 6 de enero de 2025
Parioli
Roma. Salimos rumbo a Parioli y cuarenta y cinco minutos después estamos en un barrio que tiene la tranquilidad que supuestamente debo adorar pero también una quietud, una falta de viento, que me termina por no convencer, y en todo Roma noto ese defecto. No hay viento. No suele haber viento, al parecer.
Avanzamos por calles y avenidas que dan a un parque inmenso y llegamos a un mirador desde donde se divisan canchas de rugby, tenis y pistas de atletismo y al final barrios de las afueras. Todo en calma hoy primero de enero.
Una gaviota de gran tamaño revuelve la basura mientras un joven pasea un beagle sin atreverse a molestarla. Lo mejor viene después: una pizzería en una calle tranquila. Croquetas y pizza en mesas en la vereda y sin comensales cerca. Solo una atractiva policía que se acerca a realizar un pedido y después una joven en un auto diminuto. Por fin, saludamos a la persona que atiende, que es simpática y habla bastante bien el español. Luego seguimos viaje Villa Borguese a través de una avenida que baja y tiene edificios señoriales. En el parque nos detenemos a ver los árboles y las fuentes. Antes pasamos lo mínimo por el Zoo. Después, Piazza del Popolo con mucha gente. Todo acá parece de otro tiempo, hasta las multitudes y los desfiles que vemos.
domingo, 5 de enero de 2025
Empezar
Ha medida que se dio cuenta de que su vida estaba trazada por el pulso de su historia personal, familiar y social, decidió alejarse de ese boceto para tomar una mejor perspectiva de sus vivencias. Suponía que desde cierta distancia podría pasar a un país de "las maravillas", un poco como Alicia y no sabía que en realidad solo encontraría un terreno plano y vacío desde donde comenzar a dividir la paja del trigo.
sábado, 4 de enero de 2025
Bahía de Nápoles
Las idas y vueltas de las olas en la rambla un día de invierno no demasiado frío. Ha llovido y ahora sopla el viento. Tengo enfrente la bahía de Nápoles, el Vesubio. Vamos juntos los cuatro. Unión feliz en esta vida, que es lo mejor que he conseguido. Debo recordar eso. Del mismo modo, que espero recordar estas primeras impresiones del mar por la noche y el volcán detrás tocado por la neblina, aunque sé que ese tipo de momentos tienden a perderse y a quedar, con suerte, representados más bien por un sentimiento que es impreciso y sin embargo fue pujante, fuerte y vigoroso.
viernes, 3 de enero de 2025
Brindis 2025
Cuando los ensayos que uno ha realizado, dejan de resultar interesantes, o siquiera dan la impresión de generar un sentido valedero, se pierde el rumbo de los días y, cuando se pierde el rumbo de los días, hay una sensación de vacío que toma el cuerpo. Entonces, el cuerpo siente la falta de ataduras. Eso se llama realidad. Un espacio que justifique el tiempo y que por lo tanto sostenga un discurso se ha ido. Hay que brindar por eso.
jueves, 2 de enero de 2025
Roma 3
Otro día de sol. Primero que nada caminar sin rumbo. Así llegamos a la esquina de las cuatro fuentes. Un lugar con encanto. Perfecto. Simple. Después el Quirinale y pronto estamos frente a la San Ignacio de Loyola dispuestos a entrar. Los frescos del techo me parecen un tanto deslucidos en un sus colores. Tal vez les falte una restauración. Seguimos hasta cerca de Piazza Navona donde comemos unas focaccias con demasiadas personas. La piazza está repleta también. Hasta una feria para chicos tiene. Seguimos hasta el vaticano. Cruzamos el Tíber, luego Castel Sant´angelo y por fin San Pedro. Al entrar me olvido una moneda de cobre que llevo colgada desde hace un tiempo en las bandejas de control. Una donación a la iglesia. Adentro, mucha gente y mucha magnificencia. Pero digamos que la cantidad de personas, la atracción desmesurada de las masas, como siempre, complica las cosas. Creo que voy a recordar mucho la alegría de encontrar un baño limpio y de fácil acceso a la salida, por la izquierda, bajando una escalera. Al volver camino en el frío y paso por una plaza que tiene una pista de hielo. Después por el restaurante Alfredo -que está igual que hace treinta años- y por fin vía del Corzo repleta de gente, negocios y luces.
miércoles, 1 de enero de 2025
Museo Capitolini
Entrada a un museo fantástico por varios motivos. Tiene esculturas, de muchas épocas, y mira al foro romano desde balcones que una noche fría, sin gente casi, se impregnan de la ausencia de tiempo. Se vive entonces la extraña detención, que pocas veces se capta, y es la calma del mundo, una serenidad en lo profundo, y que está, y tantas veces, no se capta. Es porque uno vive en una dimensión histórica donde presente, pasado y futuro cohabitan y se tensan entre sí en un conflicto destinado a garantizar cierto resultados que sosieguen varios deseos. Pero cuando las columnas romanas se levantan frente a uno en la noche fría, y tienen la iluminación justa delante del cielo, con la ciudad detrás de este primero contacto, entonces emerge la fascinación que pueden tener esas esculturas milenarias. Se entra así en la ausencia del tiempo, y todo está en su sitio y hay una calma donde Dios nos toca junto a montones de ángeles que nos ofrecen la paz de un paisaje renacentista.
Por los años de los años
Ella le resultaba una gloria eterna en base a los años de juventud que lo había marcado a tal punto que vivía en total correspondencia con...
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